Sartre
se fijó en Beauvoir cuando ella daba una clase sobre Leibniz, le llamó la
atención su brillantez, su belleza, su voz ronca y su rapidez al hablar.
Simone de
Beauvoir ( París,
1908-1986) fue una escritora, profesora, fenimista y filósofa francesa.
Su pensamiento se enmarca dentro del existencialismo. Fue
pareja del también filósofo Jean Paul Sartre.
Obra
monumental El segundo sexo, dos
tomos que recorren la historia, la biología, la sociología, la psicología, la
mitología e incluso la propia experiencia buscando responder una pregunta
esencial: ¿qué es ser mujer?. Se han vertido infinidad de opiniones sobre este
libro. Cuando se publicó, en 1949, el escándalo fue tal que Beauvoir tuvo
dificultades hasta para sentarse en uno de sus adorados cafés parisinos, donde
solía escribir. Una lluvia de insultos y de burlas se desparramó sobre autora y
libro: comentarios mordaces sobre la sexualidad y la vagina de la escritora
salían catapultados de la boca de prestigiosos intelectuales, y hasta los
jóvenes se subían encima de las mesas de los cafés y le cantaban estribillos
ofensivos.
El segundo sexo es hoy un texto de referencia fundamental en los estudios de género, ha vendido millones de ejemplares. Apartir de los años 70, en Francia, una generación de mujeres jóvenes buscaron por sí mismas la igualdad de derechos para las mujeres. En poco tiempo consiguieron hitos como la despenalización del aborto. Todas habían leído El segundo sexo. En forma paradójica, Beauvoir, que siempre había rechazado para sí la maternidad, se llenó de hijas. Todas decían que Simone de Beauvoir era la madre del feminismo
El segundo sexo es hoy un texto de referencia fundamental en los estudios de género, ha vendido millones de ejemplares. Apartir de los años 70, en Francia, una generación de mujeres jóvenes buscaron por sí mismas la igualdad de derechos para las mujeres. En poco tiempo consiguieron hitos como la despenalización del aborto. Todas habían leído El segundo sexo. En forma paradójica, Beauvoir, que siempre había rechazado para sí la maternidad, se llenó de hijas. Todas decían que Simone de Beauvoir era la madre del feminismo
Desde los
inicios, (1929) Simone y Sartre, basan su relación en la honestidad
y la libertad. Poseían independencia económica, sentimental y sexual: no
estuvieron casados, no vivieron juntos y no tuvieron hijos. Pero siempre
permanecieron unidos. Dos mentes maravillosas tuvieron la suerte de encontrarse
y decidieron compartir la vida.
Rowley
cuenta la impresionante escena del hospital, cuando Beauvoir se mete en
la cama donde yace Sartre, ya muerto, lo que provoca el escándalo de los
enfermeros.
Simone
fue ante todo una mujer libre y comprometida con su tiempo. Su forma de
vivir, pensar y amar le granjeó seguidores y enemigos. Pionera del feminismo
contemporáneo, sobre todo en lo que respecta a su aspecto político y
reivindicativo. También escribió sobre la creación literaria, sobre el
desarrollo de la izquierda antes y después de la Segunda Guerra Mundial, atacó con dureza a la derecha francesa, y escribió sobre el dolor, la percepción del
yo, el psicoanálisis y sobre el existencialismo.
Tuvo amantes
de ambos sexos entre ellos a Nelson Algren, escritor, con quien disfrutó del
sexo como jamás en su vida lo había hecho: este estado "nutricio" del
cuerpo fue descrito en su novela Los mandarines, (1954). Algren le pidió varias
veces que se casara con él, pues la idea de compartir a Simone con Sartre lo
desquiciaba. Simone siempre se negó a casarse.
Otro
de sus amantes, el documentalista Claude Lanzmann, autor de la famosa película
Shoah, que comenzó su relación con ella cuando él tenía 27 años y ella 44,
recuerda que Simone le insistía para que saliera también con otras mujeres y
opina acerca del particular vínculo que se gestaba con Beauvoir: "Podía contárselo
todo. Casi nunca hacía juicios morales. Bueno, no de quienes amaba. Su primera
reacción era hacer un esfuerzo para entenderlo y ponerse en la piel del
otro"
La vida de
Simone y su relación con Sartre ponen en fuerte entredicho, valores muy
cotizados en la sociedad como la monogamia, el derecho a la posesión del otro, lo
natural de los celos, la heterosexualidad, todos estos conceptos casi sagrados
que se mezclan en la complejísima red de relaciones que establecieron los dos
escritores entre sí y con un conjunto de personas al que incluso ellos mismos
llamaron "la familia".
Una mujer muy interesante cuyo pensamiento ha calado hondo en las generaciones femeninas sucesivas. Transgresora, actual y necesaria. Su obra sigue siendo importante para la mujer de hoy.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, su pensamiento no ha perdido vigencia.
ResponderEliminarTendré que leer algo de ella para poder comentar, pero al leer su biografia me hace pensar que era una mujer muy interesante y era una mujer muy adelantada para su tiempo
ResponderEliminarHola, buenas noches. Precioso blog :-)
ResponderEliminarA menudo no he podido renunciar a comparar a Simone de Beauvoir con Margaret Mead, en cuanto al conocimiento que la gente tiene de una y otra y a su relevancia. Casi todo el mundo en Europa ha oído hablar de Simone de Beauvoir, pero no de Margaret Mead (en Estados Unidos sí es una figura conocida). Y siempre me ha parecido un poco injusto, sobre todo cuando se habla de los estudios de género. Cierto que SB tuvo mucho impacto, pero M. Mead fue la primera en demostrar empíricamente cómo los items que hoy metemos en esa categoría conceptual que llamamos "género", son un producto de la educación y la cultura y no de la biología. Y salvo sus colegas antropólogos/as, que cerraron filas con ella, fue terrible porque muchos se reían y mofaban de ella. La "machacaron" mucho en su época. Si me perdonáis el atrevimiento, yo casi diría que fue la primera gran pionera (vale, lo confieso, me declaro un fan incondicional de MM). También, igual que SB, tuvo una vida de lo más interesante, aunque en las biografías oficiales se han silenciado muchas cosas, como por ejemplo que tuvo 4 y no 3 parejas como le atribuyen: se ha silenciado porque su última pareja, la definitiva además, era otra mujer. No es el único hecho que se ha "desconsiderado" en las biografías oficiales.
SB y MM se leían la una a la otra, pero nunca llegaron a conocerse en persona. Es difícil resistirse a una comparación. Confieso mi pasión personal y desmesurada por Margaret Mead :-)
Un saludo y ánimo con el blog. Merece la pena!
Gracias Vigne, un comentario muy interesante, se nota tu pasión por Margaret Mead, la transmites, has despertado my curiosidad por leer a Margaret. Mujeres como Simone y Margaret siguen siendo tan necesarias hoy en día como lo fueron en el pasado.
ResponderEliminarSaludos
juana